lunes, 16 de enero de 2017

Niña voladora.

Estoy en defensa propia. 
Entiéndeme, nunca había tenido el corazón roto.
Te has convertido en tabú, incluso para mis pensamientos. No me permito pensarte. 
Tengo el corazón roto pero no he perdido ningún trozo. 
Sigo 
C O M P L E T A .
¿Qué hago con todos los versos que se quedaron en el aire? 
Vivo en un laberinto. Me pierdo, me ahogo... pero no grito. 
No sé si está bien o mal. No sé si deba hablarte. No quiero que me duelas. 
Tal vez no entiendas mis acciones, tal vez te dejé muy lejos. Tal vez no quiero que me encuentres y al mismo tiempo tienes todas las puertas sin pestillo.
Sigo pensando que no fue culpa de ninguno, que estoy destinada a echar de menos. 
Me miento constantemente y al mismo tiempo me golpeo con la realidad: Esto nunca hubiera acabado. O sí, pero no así. Todavía nos quedaban bailes y canciones dedicadas. Todavía tendría que estar mi olor en tu almohada.




Todavía nos quedaba amor.