Ya te
lloré hasta hundir mi alma
Ya te
dediqué insomnios
(olvidándome
de soñar)
Ya me
rompiste el corazón mientras me cortaba intentando arreglarlo.
Ya no
soy cobarde, ni valiente, ya te dejé estar.
No busco tu saludo, tu reclamo, tu
perdón...
Me
dejaste con la espinita y no quiero que me la saques,
me
acostumbré a vivir con ella.
Así que
no te aparezcas sin más,
hace tiempo que dejé de creer en fantasmas con
cuentas pendientes.
Lo tuyo
fue abandono,
lo mío
supervivencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario